El 6-0 a San José define la llave, a no ser que el Santo, en Oruro, convierta siete goles
La buena imagen que San José había mostrado en la anterior fase, cuando se enfrentó con el Huila colombiano —y en general la que caracterizó a los equipos bolivianos en las primeras dos rondas—, se vino abajo o por lo menos quedó en entredicho ayer al caer vapuleado por el Newell’s Old Boys argentino (6-0), en Rosario, en el encuentro de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana.
De no haber sido por algunas atajadas del golero Eloy Padilla —lo escaso de bueno que tuvo San José—, y de alguna defectuosa definición de los jugadores de Newell’s, la caída de los Santos habría sido mucho más dolorosa.
De hecho, el 6-0 lo es, y pone al borde de la eliminación al conjunto orureño, que tendría que meterle siete tantos al argentino en la revancha, y no recibir ninguno, para cambiar la historia; es decir un verdadero milagro para seguir en carrera.
En lo futbolístico, la diferencia fue abismal. Newell’s dominó, presionó desde el comienzo —a sabiendas que tenía que hacer una buena diferencia para no sufrir en Oruro— y tanto en lo colectivo como en lo individual le funcionó todo a pedir de boca.
San José, en cambio, anduvo perdido, descontrolado, sin poder siquiera hacer lo básico. No tomó bien las marcas, exhibió demasiados espacios y además, al no tener el balón, al margen de estar expuesto siempre, nunca o casi nunca pasó la mitad de la cancha con posibilidades ciertas de gol.
Los tantos argentinos tuvieron en su mayoría dos componentes: acierto del equipo local y errores del visitante. Por eso no le fue difícil marcar semejante diferencia en el tanteador. A los 5 minutos anotó Schiavi, ‘cazando’ un balón que había quedado en el área tras un tiro de esquina. Aunque temprano, ya se veía venir lo peor. Newell’s era demasiado para San José.
Una mala salida de Méndez le permitió a Formica anotar el segundo (26’), poco después de que Padilla había salvado su arco de forma magnífica (como lo hizo un par de veces más, por lo menos). El tercero fue un golazo (35’), Schiavi le pegó de media vuelta al balón sin dejar que éste pegara en el piso tras un servicio libre. La defensa, nada.
Resuelto como estaba el partido, el rojinegro no se contentó y en el segundo tiempo fue por más. Estigarribia (60’) y Formica (61’) dejaron sentenciado el partido, aunque para demostrar que Newell’s nunca aflojó, llegó el sexto en el segundo minuto de adición (92’), una bonita jugada resuelta por Salvatierra. Aun así, el 6-0 quedó corto, pudo ser peor.
Goleadas
La segunda en esta Copa
El 6-0 que le metió Newell’s Old Boys a San José, anoche en Rosario, representa la segunda goleada de la Copa Sudamericana 2010, después del 9-0 de Defensor Sporting (Uruguay) a Sport Huancayo (Perú), que se produjo el 16 de septiembre.
La peor de un boliviano
Se trata de la mayor goleada recibida afuera por un equipo de Bolivia en el historial de la Copa Sudamericana. Antes, los peores resultados habían sido los sufridos por Bolívar (en dos ocasiones) y por Blooming, pues habían perdido por un mismo marcador (4-2) en ediciones anteriores.
Lorenzo Carri
Una seria diferencia
San José tendrá que agradecer que su rival rosarino, entre cansado y satisfecho, se dedicó a vivir de rentas en gran parte del segundo periodo. Newell’s Old Boys (ayer les anticipaba algo de esto) debe ser uno de los planteles más compactos y de mejor contragolpe del fútbol argentino. Los de la “V” azulada pagaron los platos rotos, se vieron superados sin remedio y perdieron por un marcador abultado. Una seria diferencia que parece casi definitiva.
Newell’s resolvió el cotejo en el primer tiempo, y dejó abierta la puerta del segundo para tratar de resolver la aritmética de ida y vuelta.
Jugó sin presión de resultado (ganaba a los cinco minutos) y con escasa presión del adversario: porque San José permitió —no opuso gran resistencia, para decirlo de otro modo— cuando los rojinegros salían sin apuro de sus líneas defensivas y andaban a sus anchas por el medio campo.
De ahí hacia adelante, el equipo local prefirió el vértigo, el centro muchas veces apurado y el desborde a medias; y pese a esta acumulación de presuntos defectos, pasó a ganar con holgura.
En el córner, a los cinco minutos, Schiavi aprovechó un rebote involuntario en el cuerpo de Méndez; a los dieciséis, Formica mezcló habilidad y fuerza y terminó la incursión con un remate cruzado: y a los treinta y cuatro, Schiavi, defensor convertido en pesadilla del elenco de Oruro, empalmó de manera perfecta un centro sobre el área.
Tres a cero. No fue un paseo, pero tampoco una epopeya. Al segundo tiempo llegaron los rivales con ideales diferentes: San José quería evitar la goleada, mientras que Newell’s buscaba marcar otros tantos, como una especie de póliza de seguro para venir a Oruro.
Y el local salió con la suya. Logró otros tres goles y tuvo la oportunidad de embocar otros dos o tres ante un visitante que, al cumplirse el cuarto de hora, sufría sin remedio (cero-cinco por entonces) y que pudo respirar después, cuando el plantel rosarino aflojó su ritmo. El primer tiempo anunció al vencedor. El segundo sirvió para adornar la diferencia.
Lorenzo Carri
es periodista y estadístico
fuente: la-razon.com ir
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San José cae de visitante con 6 goles en contra
miércoles, 13 de octubre de 2010Etiquetas: copa sudamericana 2010
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